Los niños son los principales protagonistas de las fiestas navideñas. Las luces, los regalos, las comidas... todo les llama la atención. Con tan sólo un año de edad, son demasiados pequeños para comprender la Navidad, pero lo suficiente para disfrutarla.
Es aconsejable que la Navidad se celebre en nuestras casas, así el pequeño no perderá de vista su entorno habitual que le da seguridad.
Estas ocasiones de contacto familiar son buenas para la socialización del niño, pero no debemos ser pesados con besos y saludos. También hay que despejar la zona de posibles peligros. Cuidado con los objetos y alimentos que pueden producir atragantamientos, con las copas de alcohol, con las velas encendidas,.
Las comidas de los adultos en estas fechas no son las más adecuadas para un niño tan pequeño. Si nuestro hijo ha de acostarse más tarde que de costumbre, una buena siesta puede darle cuerda para trasnochar un poco. Al día siguiente de una noche movidita se puede permitir que el niño duerma una hora más, pero no mucho más, porque a la noche siguiente le costará dormirse a su hora habitual.
Papá Noel y los Reyes Magos para los niños de menos de un año pueden resultarles impactantes. Comenzaremos por permitirle observar a cierta distancia cómo lo hacen los demás niños y acerquémonos luego sin prisa.
Poco a poco conseguiremos que el niño vaya adaptándose a su entorno.
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